El camino prepara sorpresas y años después de hacer el primer camino te das cuenta de ello
El camino prepara sorpresas
En el verano de 2017 decido hacer el tramo final del camino portugués. Las circunstancias laborales no me permitían para mucho tiempo, pero el mono de camino superaba con creces mi responsabilidad laboral y me aventuré a irme solo una semana. Lo que no podía imaginar es que el camino prepara sorpresas.
Camino Portugués
Un primero de agosto nos plantamos en la frontera de Galicia (España) con Portugal en un pueblo llamado Tui, desde allí comenzaremos nuestro camino. Durante cinco días nos fundiremos con él. Sé a priori que me van a saber a poco, pero lamentablemente me tengo que conformar con solo estos días. Más adelante nos iremos más tiempo, el camino siempre está ahí. Así que comenzamos nuestra pequeña aventura.
Con la intención de disfrutarlo al máximo estos días nos adentramos en la senda en busca de lugares singulares. Sin prisas, a dónde el destino nos quiera llevar, o mejor dicho, como el destino nos quiera llevar a Santiago.
Comenzamos a caminar
El camino prepara sorpresas, primeramente, iba muy concurrido de peregrinos. El primer tramo lo hicimos por la tarde íntegramente. Los casi 19km que nos separaban hasta O Porriño, casi sin querer, nos los tragamos la primera tarde que salíamos a andar. Salimos a las 15h con la intención de hacer algunos kilómetros y finalmente llenos de emoción, fuerza y ganas, para llegar al albergue sobre las 20h. ¡Sorpresa! el albergue esta completo. Nos dan unas indicaciones de donde poder buscar alojamiento y casi sin darse cuenta el Hospitalero, nos ofrece esperar un poco y dejarnos la habitación de minusválidos que está vacía sin utilizar. A lo que sin duda alguna accedimos sin más, total era simplemente esperar una media hora. El Hospitalero sabia lo que hacía, el albergue privado estaba completo también.
Bueno pues muy agradecidos, nos duchamos, instalamos y nos fuimos al supermercado a por pan y fiambre para cenar unos bocatas. En el albergue público (donde nos alojábamos) había un colegio que tenían el albergue copado y revolucionado. Así que nosotros en nuestra habitación (privada jeje) descansamos bastante bien para la mañana siguiente proceder a comenzar nuestra segunda etapa.
Dias siguientes
Y comenzamos a andar y tras 22 kilómetros decidimos parar en Arcade a hacer noche. Etapa muy bonita, calurosa, pero a la vez muy reconfortante. ¡Nos paramos a comer en Redondela en un restaurante que todavía me acuerdo de las zamburiñas! El tercer día procedimos nuestra andadura para hacer parada a media mañana en Pontevedra, hacer visita a la catedral y tras seguir 12km más, hasta completar los 24km del total de la etapa, llegamos a San Mamede de Pórtela, en el Concejo de Barro. Y ¡sorpresa!, ¡albergue con encanto!, uno de esos albergues en los que se monta un buen royo impresionante en la cena.
Y como ya os he contado en otro post, las cenas en los albergues a veces se vuelven mágicas. En este albergue solo había 16 camas (8 literas) y el Hospitalero (Jorge) se encarga de preparar la cena comunitaria. Los peregrinos, mientras tomamos un vino y charlamos, echamos una mano para que sea más liviana la tarea culinaria. Curiosamente entre todos los peregrinos solo estábamos nosotros y otra pareja de españoles, el resto eran ingleses, polacos, alemanes, italianos. Y otra vez curiosamente nos entendemos todos en el idioma peregrino indistintamente del idioma que hables habitualmente.
Padrón e Iria Flavia
El cuarto día fue una etapa larga de casi 30km la que nos llevo a las inmediaciones de Padrón. La visita a la Iglesia De Santiago a ver el «pedrón» la dejamos para la mañana de la etapa quinta. En este lugar tan enigmático nos recreamos. La parada en el cementerio de Iria Flavia, dónde descansan los restos de personajes de la altura de un Nobel, Camilo José Cela y Rosalía De Castro es obligatoria.
Y con pena de dejar esa ciudad tan legendaria, anduvimos unos 10km mas para descansar en el Albergue de Teo en Faramello. Aquí en este albergue, dando fin a la quinta etapa apareció la magia y como el camino prepara sorpresas, cuando ya estábamos instalados en el albergue y nos disponíamos a buscar un bar cercano para cenar…. apareció una señora con su padre espiritual, una señora mayor con un cura. ¡Qué casualidad! El albergue está completo pero les van a hacer un hueco en la habitación de minusválidos.
La gran sorpresa
Pero esa no es la sorpresa, la que me tenía el camino preparada era que esa señora ¡era María!, la señora que me pidió, seis años antes, acompañarnos en la subida a O´cebreiro, de mi primer camino.
Y con esa alegría de haber vuelto a ver a un amigo peregrino nos despedimos la mañana siguiente. Buen Camino y que nos volvamos a encontrar por estos lugares!, pusimos mochila en ristre, botas y bordón en mano para 14 kilómetros después dar entrada en el Obradoiro. Lagrimas y risas, Alegrías y tristezas, fotografías con la catedral de fondo y……. ¡sorpresa! el peregrino de al lado haciendo la misma foto con su hija…. Jorgeeeee!!!! ¿Qué haces aquí? Otro buen amigo peregrino de Alicante que pudimos compartir, un par de años antes, unas etapas del camino Sanabrés. Abrazos, risas, ¡el destino! Vaya si el camino me tenia preparada sorpresas en tan solo seis días.
Disfrutando Compostela
Y así fue cómo un camino cortito se convirtió en una fuente de sorpresas y de alegría como jamás habíamos pensado. Disfrutamos la ciudad, buenas viandas como en pocas ciudades, grandes peregrinos abrazándose en la despedida, grandes muestras de amor, abrazo al Santo apóstol, paseo por parques y jardines. Una queimada tras un pulpiño, las tunas en platerías, comida en Casa Monolo y cena en el Gato Negro con Jorge y su hija. Y despedida con una nostalgia que me oprime el pecho. Que pronto se acaba lo bueno. Pero sé y tengo la esperanza de que el camino prepara sorpresas.
Buen Camino! Ultreya
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