Cuando te propones hacer el camino De Santiago una de las dudas que surgen es si debes de hacerlo solo o acompañado y es que la soledad del peregrino...
La soledad del Peregrino.
Es normal que en las primeras intenciones de hacer el camino De Santiago tengas esa duda, ya que la soledad nos suele dar bastante respeto y más aún si el lugar es desconocido. Teniendo en cuenta que vas a pasar unos pocos días fuera de tu zona de confort habitual es natural que estos sentimientos afloren.
Esas dudas pueden llegar a producirnos miedo. Incluso a renunciar a hacer el camino o a irlo postergando. Hay personas que incluso deciden meterse en chats de redes sociales para buscar compañía aunque sea de un desconocido o hacerlo en un grupo organizado.
Solo o en grupo.
Sea de la forma que sea que finalmente decidas hacerlo, ten en cuenta que vas a sentir momentos de soledad. Esta soledad yo la llamo la soledad del peregrino y aunque vayas caminando junto a alguien o cercanamente llega el momento en el que la sientes. Pero esa soledad del peregrino es una soledad placentera. ¡No creas que es negativa! Es una soledad bien acompañada. Es una soledad tuya, contigo mismo.
La soledad del peregrino va a mostrarte caminos. La soledad del peregrino aunque estes caminando en grupo aflorara en momentos mas inesperados y te enseñara cosas sobre ti que probablemente antes no hayas descubierto. Podemos decir que son tus momentos, únicos y que tú, sólo tú vas a vivir.
Virtudes.
La soledad del Peregrino te enseñará tu lado más alegre y en armonía, en definitiva un momento feliz. También la soledad del Peregrino agudizará tu creatividad. La soledad del Peregrino te aclarará dudas y sobre todo te hará que se pare el tiempo y saborees el instante. Ese instante que no sentimos ni nos damos cuenta en nuestro día a día y cada semana a semana debido a la velocidad de vértigo que llevamos.
Son ya algunos los caminos que he caminado. Todos, excepto en uno, los he realizado acompañado, normalmente con mi pareja, la madre de mis hijas y mi fiel peregrina en el camino de la vida. A mis hijas también les he enseñado y mostrado el camino y las he convertido en peregrinas. En otras ocasiones lo he hecho con amigos Peregrinos. Y como he dicho en una ocasión lo realicé sólo. Pues en todos, absolutamente todos, indiferente a la compañía que llevara, pude sentir esos momentos de soledad.
Sentires.
Todos han tenido en común la soledad del Peregrino. Ha surgido el viaje hacia mi interior. Han despertado suspiros de soltar carga, de liberación… también he sentido la inspiración completa que de alguna manera te alimenta el alma. He vivido la ligereza de ser. Una particularidad es que la soledad del Peregrino ha aparecido sin aviso, incluso se ha despedido sin darte cuenta y es que ha sido cuando ha llegado su momento, sin buscarla!
Te embriaga una sensación de llevar toda la vida en aquel lugar, que junto a la liviandad de cada paso y la sonrisa dibujada en el rostro, hace que sueltes todo el peso de tu responsabilidad y te olvides de ella. Sientes como si cada soplo de aliento te alimentes de vida nueva, de energía renovada.
Momentos únicos.
Momentos en el camino De Santiago y en la más pura soledad del Peregrino que hacen que las emociones positivas afloren y te sientas vivo y agradecido de estarlo y sentirlo. Momento en el que te das cuenta de muchas más cosas de las que nunca tu hubieras pensado. Momentos en los que eres como una ola en el océano y a la vez el océano. Son pequeños ratos que hacen que te enganches a esta senda.
Si no lo has experimentado aún, a que esperas, prepara tu mochila y siente tu camino.
¡Ultreia peregrino!
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