Las grandes expectativas a veces nos pueden llevar a estados mentales complicados como la frustración o la tristeza sino se gestiona bien
Expectativas
¡Que difícil! ¿Cuantas veces te has marcado una meta y has depositado grandes expectativas en su consecución? Seguramente habrá sido mil veces o más. Vivimos y formamos parte de una sociedad mirando el reloj y que la herramienta principal en su vida es la varita de medir. Y es normal, porque con los años se ha normalizado esta forma de vida. De hecho nuestra generación hemos nacido ya con esta forma de actuar heredada de nuestros padres. Hoy en el colegio nos miden por todo. En todas las asignaturas nos marcan unas metas y mínimos que aprender o memorizar. ¡Como mínimo un cinco!
Estamos acostumbrados a que se premie al menos con el reconocimiento al que mejor nota saca. Si es haciendo deporte, pues igual, el que mas tantos marca o consigue mas puntos es considerado «el mejor». Y casi instintivamente mostramos nuestra simpatía y admiración hacia esa persona. Sin tener en cuenta otros factores.
Y es que todo esto hoy forma parte de nuestro ADN, medidos y comparamos absolutamente todo. Pero la cuestión es la siguiente, ¿está bien que lo midamos todo?. Para un minuto y piénsalo. Mi opinión es que no es malo marcarse metas, ya que así poco a poco podemos ir andando y consiguiendo llegar al lugar que nos hemos marcado. Podemos llegar a ocupar posiciones o incluso tener posesiones que hemos soñado. Por ejemplo: comprar una casa, hacerte la vivienda que siempre has deseado, conseguir acabar una carrera, etc, etc. Y así poco a poco, paso a paso, conseguimos llegar a donde las expectativas nos habían marcado.
Pero después de mucho esfuerzo por conseguir lo que nos propusimos y ver realizados nuestros sueños. Llega un día y te das cuenta de que no eres lo feliz que te veías por aquellos tiempos en los que comenzabas tu andadura. Ese día sientes un vacío que no ha podido llenar todos los trofeos y premios que has ido cosechando. Es más en poco tiempo más te das cuenta de que eres un INFELIZ. ¡PUFFFF!
Se rompen los esquemas
A pesar de la consecución de todo lo que te marcaste y de creer que lo tienes todo, entras en un proceso de tristeza e inseguridad, porque no sabes que te pasa. Y que difícil es levantarse día a día con esta desazón. De hecho, cada día cuando me levanto me marco el propósito de ser feliz, pero no lo consigo. Acaba el día y sigo aún peor, con ansiedad y toda la noche con insomnio. ¿Que me está pasando si me he marcado el objetivo de ser feliz? ¡Mis pensamientos no me dejan descansar, no paran de rondar mi cabeza! Mi pecho siente una presión y no soy capaz de respirar profundamente.
A la mañana siguiente, vuelta a empezar, pero más agotado todavía. Pero me vuelvo a marcar la expectativas de sentirme bien hoy. Y casi sin darme cuenta, mis pensamientos vuelven una y otra vez y siempre son negativos. Si no me falta de nada, lo tengo todo, ¡que me esta pasando!
Y poco a poco no sabes que hacer, cada día mas irritable y desesperado. Al final acudes a tomar ansiolíticos o somníferos para poder descansar.
El manual de instrucciones
Y así con la pesadilla en su máximo apogeo pienso yo: ¿dónde está el manual de instrucciones de nuestra mente? ¿Quien sabe decirme como tratar mis sentimientos y pensamientos?
Y es que tratamos con el mismo modo mental este malestar y volvemos a hacernos expectativas de salir de este malestar mental para sentirnos mejor. Lo que no sabemos es que cuantas más expectativas nos marcamos con las emociones, peor es el resultado que podemos experimentar. Cuando nos marcamos expectativas en el campo de las emociones o sentimientos queremos ver los resultados a corto plazo, ya que es algo que nos hace sentir mal. Y en estas materias es fácil no ver mejoras tan rápido, con lo que empezamos a ver que no se cumplen las expectativas y comenzamos a luchar con lo que agravamos aún más el sentimiento negativo hasta agotarnos emocionalmente. Finalmente acabamos frustrados y en procesos depresivos leves. Acabamos anclándonos en estados mentales depresivos.
Nuestra mente con los estados anímicos y emociones funciona de forma distinta. Aunque parezca difícil o imposible, para salir de estos estados mentales hay que aceptar y vivir la experiencia tal cual es. En este otro post te lo cuento. Regístrate aquí para recibir el aviso de cuando se publique.
Mientras te doy un consejo: Intenta no marcarte expectativas cuando de sentimientos y emociones se trate. Simplemente obsérvalas y siéntelas como vienen. Te doy una pista… El Mindfulness tiene mucho que ver en toda esta gestión.
Espero que te sea de ayuda. Si quieres seguirme en redes sociales, puedes hacerlo en Facebook, Twitter, Linkedin, Instagram.
¿Te vienes a practicar Mindfulness al Camino de Santiago? Información aquí